Alice es una profesora de lingüística de 50 años con una carrera sólida, un amante esposo y tres hijos criados que de pronto empieza a tener problemas con las palabras y la orientación: está enferma.
Siempre Alice comienza con un escena familiar idílica que se representa el día que Alice cumple 50 años, reunida de sus seres queridos comienza a tener unos síntomas extraños que en un principio achaca a la menopausia, acude a un neurólogo y el diagnóstico es devastador: tiene un principio de un Alzheimer galopante que para más inri es hereditario y puede habérselo transmitido a sus hijos. A partir del traumático comienzo de la enfermedad observamos como la familia se ve afectada y como cada miembro afronta la desgracia a su manera, pero todos con un punto en común: su amor por Alice.
Es muy duro que el cuerpo o la mente no te respondan, la tragedia que para una mujer aun joven eso supone y su interpretación le han valido a Julianne Moore el Oscar, el Globo de Oro y el Bafta, con un personaje muy bien matizado, sin excesos, que transmite los sentimientos de pérdida, desolación y decepción que sufre al perder de forma progresiva la conciencia de sí misma. Alec Baldwin interpreta a John el marido de Alice que tiene que ver como el amor de su vida desaparece de forma irremisible, tendrá que enfrentarse a difíciles decisiones profesionales y personales que nunca había pensado tener que tomar, por lo menos tan pronto. Baldwin da una réplica precisa y sin aspavientos dejando el protagonismo a quien lo tiene, la enferma. Alice tiene tres hijos destacando entre ellos la pequeña, Lydia, por la que está preocupada ya que aun no está ubicada en la vida, los mayores son abogada una y médico el otro, pero esta les salió rana y abandonó la universidad para dedicarse al arte dramático, Lydia está interpretada por la siempre ojerosa y crepuscular Kristen Stewart con su habitual aire desgarbado y lánguido, para el drama le viene bien, paso palabra.
Si estar enfermo es aterrador, estarlo sin esperanza de recuperación es dramático, la entereza con la que el Alice afronta la pérdida de su esencia es un ejemplo y una llamada de atención para situar las enfermedades degenerativas precoces en el mapa.
Siempre Alice, Richard Glatzer, Wash Westmoreland, Backup Media / Big Indie Pictures / Killer Films, Estados Unidos, 2014.
Me agrado la reseña, gracias por compartirla
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De nada, gracias a ti por leerla.
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😀😀👌
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A esta le tengo muchas ganas pero la empatía suelo tenerla a flor de piel y tengo que tener un estado de ánimo adecuado para que no me deje demasiado plof.
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Es dura pero muy contenida para lo que podían haber hecho con el tema.
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Quiero verla pero es un tema que me toca tan de cerca que me cuesta decidirme.
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